370 “LA CHISPA”
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se
fundamentan los abusos del Poder”
UN MERCADO COMÚN
LATINOAMERICANO
Todas las actividades humanas están
subordinadas al comercio y la banca. De
tal manera que son los “Mercados” los
que determinan el asentamiento de los polos del Poder. Es ahí, precisamente, donde reside la base
del enorme poderío yanqui. Casi
trescientos millones de ciudadanos con una capacidad casi infinita para
adquirir cuanto tiliche les ofrezcan. No
hay cosa que no compren, no importa dónde la fabriquen ni para qué sirva. Pero ese colosal mercado no nació así nomás
por arte de magia; es el resultado de una planificación cuidadosa de muchos
años. Sus fundadores sabían que si el
pueblo tiene “capacidad para comprar,
endeudarse y pagar”, está creada la base para el desarrollo de una economía
vigorosa. Un pueblo que apenas gana lo
justo para mal comer, JAMÁS podrá
lograr el desarrollo. Cada ciudadano TIENE que ser capaz de “gastar”, pues
tal acción es la que pone en movimiento las ruedas del progreso económico. Es el consumismo,
el gran mercado consumista de Norteamérica, la clave mayor del poder yanqui
sobre todo el planeta. Un mercado
interno capaz de absorber lo que sea, es la garantía de un seguro flujo de
mercancías y capital, los elementos que ponen en movimiento ascendente la
espiral de la Economía.
Pero ese fenómeno no se da por
generación espontánea o casualidad, sino que debe ser planificado
meticulosamente. ¿Quiénes, cómo, dónde,
cuándo, qué recursos, en qué cantidades, qué productos? Y después de eso, crear la infraestructura
necesaria para facilitar el flujo de mercancías. Y como es natural, la Banca debe jugar un papel
muy importante; pero no una banca internacional propiedad de explotadores al
servicio de intereses ajenos a la región.
Y desde luego que no debe ser una
banca controlada por extranjeros, porque de ser así, es seguro que solo llevará
beneficios a esa gente. La América Latina debe crear una
banca internacional con un gran capital aportado por todos los países miembros
del Mercado. Una banca libre de
influencias externas a la región, y que considere el desarrollo integral y no
solo la parte económica. Que sea un ente
social y no un monstruo impersonal e insensible como el Banco Mundial. Que dicte las
políticas de desarrollo no solo pensando en el dinero y los intereses, sino con
una consciencia social enraizada en valores humanos y humanitarios.
Después de ese primer paso, se debe
escoger dos o tres polos de desarrollo que garanticen el éxito de los
Mercados. Estos podrían ser Brasil para
todo el sur, Panamá para Centroamérica y el Caribe, y México para el
Norte. Pero ¿qué es necesario para que
los productos lleguen a los Mercados? Vías de comunicación. Después de cinco siglos de Independencia,
es un milagro que sigamos hablando el mismo idioma, pues el aislamiento de
nuestros pueblos es tal, que pareciera que vivimos en planetas diferentes. Suramérica termina en Colombia; y Centroamérica
está precariamente vinculada con el Norte por una sola carreterita que en
cualquier huracán o temporal puede desaparecer.
No tenemos una marina mercante
poderosa y bien organizada, sino que debemos exportar nuestros productos en
barcos gringos, para allá y para acá, cuando importamos. Y así no se puede. Una
marina mercante propia nos permitiría llevar nuestros productos hasta
África, Asia y Oceanía a precios reducidos; además, comprar en esos Mercados,
más accesibles económicamente, todo lo que necesitemos. Los barcos gringos solo nos traen productos
gringos, lo mismo los europeos y los japoneses.
Debemos dominar el mar, pero eso no se puede hacer con unas cuantas
lanchitas de madera o las raquíticas flotas de Argentina, Brasil y México. Con nuestra flota, NADIE podría imponernos tarifas de fletes ni el DESTINO o PROCEDENCIA de los productos que comerciemos. Podríamos comprar directamente en las fuentes
lo que necesitemos. También podríamos
vender “a domicilio”. Si dependiéramos
del petróleo de Irán, ya hubiéramos colapsado porque ningún barco gringo o
europeo nos transportaría este elemento.
Y si lo intentara algún país europeo o asiático, lo amenazan con
cerrarle los puertos de USA. Fin de la historia.
Necesitamos una marina mercante
latinoamericana, capaz de movilizar por todo el mundo nuestros productos. Esa fue la clave de la riqueza de los
fenicios: el comercio marítimo;
también lo fue de los venecianos, portugueses, españoles e ingleses en su época
de gloria. Ahora lo es del Japón, un
país que no tiene espacio ni para que los entierren, es la segunda potencia
mundial económica. ¿Y por qué? Porque
posee una marina mercante colosal. Si ellos tuvieran que pagar a otros países por
el transporte de sus productos, estarían al mismo nivel que nosotros: en la quiebra. No es justo que todo lo que exportamos se
haga en barcos gringos, japoneses o europeos.
Nuestros productos deben llevarse en barcos nuestros, que empleen a
miles de latinos y que generen riqueza adicional al no permitir que sus precios
sean inflados artificialmente por los costos del transporte. Además, sin intermediarios ladrones. ¿Cómo es posible que para llevar una mercancía
colombiana a Uruguay tenga que hacerse en barcos gringos o japoneses?
Gran parte de la desgracia de la América Latina consiste en ese “planeado
subdesarrollo” de nuestra infraestructura de comunicación. Porque no se crean que esto es producto de la
casualidad. En Estados Unidos, Europa o
Japón NO ESTÁN INTERESADOS en
nuestro avance industrial. Al contrario.
Ellos saben que si alcanzamos algún
grado de crecimiento tecnológico, tendrán que decirle ADIÓS a las fuentes de
materia prima barata que por ahora no sabemos qué hacer con ella, porque no
dominamos la tecnología necesaria para convertirla en productos de Mercado, y
tenemos que venderla en bruto. Esa es la
causa por la que JAMÁS propiciarán
el desarrollo industrial de esta región del mundo: NO LES CONVIENE.
Ciudadano, no se engañe creyendo que nuestro desarrollo vendrá de USA,
China, Japón o Europa mediante tratados.
Este solo está en nuestras manos.
Solo nosotros podemos elegir nuestro destino, y ojalá que sea pronto,
cuando todavía tenemos “recursos naturales”.
Cuando todavía no nos hayan saqueado por completo y nos dejen como el
África.
Fraternalmente
RIS E-mail: rhizaguirre@gmail.com